domingo, 7 de septiembre de 2008

He buzzes like a fridge


Al fin pude comprobar como se escucha el zumbido de una persona. Al fin comprendí el significado de: "10,000 palabras no me dicen nada". Ahi estaba yo, sentada frente a este sujeto de lentes que no dejaba de escupir terminologías y títulos de libros mientras le daba ocasionales tragos a su cerveza. No es que yo estuviera cerrada a tener una plática elevada, simplemente no tengo ningún interés en escuchar discursos baratos y falsos sobre intelectualismo sin fundamentos. Clavarse en la textura. Verborrea. Marear y apantallar.

Es fácil sentarse a filosofar en tu depa en la condechi...sin nada de que preocuparse porque al final del día papá vendrá a salvar tu trasero. Luchar contra la insensatez del mundo con los convers bien puestos. Lanzar juicios sobre quien se atreva a comprar un café de cincuenta pesos mientras presumes la botella de Chivas que papá dejó en el gabinete del licor. Estar perdido por completo. Pararte el cuello por leer muchos libros y escuchar buena música con el único fin de presumir estas acciones ante el primer ignorante insensato que se atreva a cruzarse en tu camino.

Al final, desarmado por completo por los estragos de mis preguntas y el alcohol, el sujeto de lentes se rinde. Al fin ha guardado silencio. Tal como lo hace mi refrigerador después de un buen rato de estar zumbando. Al fin un poco de silencio. Al final mi mensaje era fuerte y claro: "compañero, ¡a zumbar a otro lado!"


1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo q conozco a alguien con las mismas características que describes, acaso será el mismo individuo?

Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...