martes, 29 de septiembre de 2009

La era de los idiotas...


Hoy se me heló la sangre, y me sentí más superficial que Barbie. Me di cuenta de como la mayoría de mis problemas son imagnarios y de todo lo que deberíamos hacer...pero simplemente contemplamos.

Vi un documental que no hace mucho estuvo en cartelera, pero francamente no llamó mi atención hasta que entré a una de estas páginas en las que puedes ver películas en internet y me topé con ella. Se llama "The Age of Stupid". Es un documental que mezcla animación, ficción y realidad. Habla sobre el cambio climático entre otras cosas. Las cosas que hacen unos cuantos por poseer todo el dinero del mundo, y los horrores que muchos seres humanos viven día a día. Mientras nosotros nos quejamos del tráfico o de la lonjita; otros seres humanos viven con la muerte impregnada todos los días. Tienen que ver morir a sus seres queridos por falta de comida o porque se interponen a los intereses de los poderosos.

Me impactó la historia de dos niños iraquíes refugiados en Jordania que narran todo lo que han tenido que vivir. Me dejó sin palabras verlos escogiendo tennis de una gran pila de zapatos "usados", los cuales reparan y venden. Uno de ellos comenta: "nosotros no somos como los americanos...nosotros usamos nuestros zapatos hasta que se deshacen".

Otra historia es la de una chica en Kenya que describe lo que la compañía Shell ha hecho con su comunidad. Cuando dice "me gustaría tener esa vida que llevan en America. Tener buena comida y buena agua. Si la vida fuera así de hermosa nadie querría morir nunca..."

Vivimos preocupados por miles de cosas, que al final, cuando ya no estén no serán importantes. Nunca te preocupa el agua a menos que no la tengas o que llegue hasta la segunda planta de tu casa. No te preocupa dejar la tele encendida. No nos preocupa usar triple bolsa de plástico. Preferimos usar el auto a cansarnos caminando hasta la tienda. Nos preocupamos por si la comida nos engorda y podemos darnos el lujo de no comer. Todo esto suena a cantaleta aburrida pero es lo que debería de preocuparnos todos los días.

Probablemente un pequeño documental no puede cambiar al mundo. Pero sería bueno empezar a abrir los ojos. Yo por lo pronto creo que no podré dejarme en paz hasta corregir todos esos malos hábitos que tengo. Ese despilfarro de recursos. Y francamente nunca tuve plena consciencia de la gran fortuna que tengo por poderme preocupar más por mi lonja o mi vida amorosa que por sobrevivir.

Sólo piénselo.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Pequeñeces...(sin albur)


Había una vez una princesa y un hombrecillo pequeñito. La princesa se enamoró perdidamente del hombrecillo y le daba todo su amor y atención a cada momento. Con cada cosa que la princesa hacía por el hombrecillo éste crecía un poco más. Al principio el hombrecillo se sentía agradecido y bendecido por el amor de la princesa. Sin embargo, cuando el hombrecillo llegó a tener el mismo tamaño que la princesa, éste empezó a comportarse como un asno. La ignoraba y la veía sólo cuando el tenía ganas (de verla, no piense mal que este es un cuento de hadas).

Un día, mientras la princesa lloraba en su torre junto a la ventana vio que una mariposa gigantezca se posaba junto a ella. La princesa y la mariposa se miraron la una a la otra hasta que la princesa pudo articular, "Vaya, si que eres una mariposa grande. ¿Cómo lograste tener ese gran tamaño?" La mariposa la miró de arriba abajo y le dijo, "¡Pero si eres tú la que es muy pequeña!" La mariposa se fue, dejando a la princesa mirándose a sí misma. Fue entonces que entendió, no era su gran amor el que había hecho crecer al hombrecillo sino las gandalladas del hombrecillo las que la habían minimizado.

La princesa decidió no volver a ver al hombrecillo y poco a poco fue recuperando su tamaño normal.

En realidad ya no sabemos que pasó con el hombrecillo, y como seguramente a usted tampoco le importa saberlo sólo diremos que...se fue a vivir muy lejos (ahi por la Chingada)

-FIN-

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Mind your own business!

Es impresionante lo simples que somos. Cuando odiamos algo pasamos horas hablando de ello, y lo único que logramos es que crezca y crezca hasta ser insoportable. Lo único que en realidad hay que hacer cuando odias algo es cambiar de frecuencia, pensar en otra cosa. Esto no es lo mismo que hacerse pato o aparentar que no te importa. Es darle tiempo y energía a mejorES pensamientos, a proyectos propios. Dejar de vivir pensando en lo nefasto que alguien es para mejor concentrarse en lo maravilloso que es uno y en todos esos planes en los que hay que trabajar a diario para sentirnos vivos. Crecer y poner los pies sobre la tierra, de vuelta en el camino con mejores posibilidades.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Todo lo que usted puede hacer con un par de latas, pero no se le había ocurrido.


Quizás le ha pasado que se bebe un buen juguito de esos que vienen en lata y lo deposita en la basura, ¿cierto? Pues muy mal mi estimado lector, ha estado usted tirando dinero y oportunidades a la basura sin siquiera darse cuenta. Permítame compartirle algunas ingeniosas ideas.

1) Como seguramente lo vio en las noticias puede usted hacer una bomba de juguete y asustar a todos sus amiguitos. No olvide forrarlos bien y conseguir una luz verde que parpadeé. Si puede conseguir un reloj despertador de esos viejos y añadirlo a su creación, mejor aún. Puede usted conseguirse una gabardina y pegarse la bomba al cuerpo. No olvide que la intención de esta combinación es flashear gente. Será la sensación en el transporte público.

2) Usando 2 latas puede usted crear un sofisticado aparato de comunicación. ¿Se imagina el ahorro en su cuenta telefónica? También necesitará alambre de cobre delgado o hilo de cáñamo y 2 alfileres. Puede decorarlos a su gusto.

3) Puede hacer lindos botes para lápices para el regreso a clases. No ovide vacunar al niño contra el tétanos antes de darle el bote en caso de que se corte con los bordes.

4) Para las damas, se puede usar el bote como base para estilizar el fleco o "copete". No olvide que también necesitará un poco de spray fijador. También puede comprar minilatas y así tener tubos para rizar el cabello.

5) ¿Para que comprar tuppers? Mejor reutilizar estas latas como envase para alimentos en el refrigerador. No se preocupe si la lata se oxida, le será útil hasta que le salgan hoyos.

Estas son sólo unas cuantas ideas coquetas para utilizar esas latas al máximo. ¡No olvide compartir sus ideas!

Nota: La autora de este blog se deslinda de cualquier responsabilidad en caso de que alguna persona que lea esta información la tome en serio y decida aplicar su contenido.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Café recalentado


Es simplemente agotador ser fuerte e independiente todo el tiempo. A veces sólo quiero tirarme en la cama y que me rasquen la barriga. Quiero contar mis penas y llorar hasta quedarme dormida, sin que me juzguen, sin que me den un sermón. Sólo busco empatía.

Llegas y me ofreces todo lo que necesito. Me haces pensar mil maravillas y sentir el corazón reconfortado. Pero justo ahi, cuando bajo la guardia tiras tus máscaras. Eres el mismo, nada ha cambiado...bueno, he cambiado yo. Ahora te veo con otros ojos y ya no me convences. Quieres volver a enredarme en tu dedo como si fuera yo un mechón de cabello. Quisiera volver a creer por razones de simplicidad. Me conoces, te conozco. Crees que me conoces, creo que te conozco. Sólo me basta ver sobre mi hombro para que se me quiten las ganas de darte un sorbo.

Necesidad, soledad, necedad...quien sabe que sea lo que me hace abrirte la puerta. Aprendizaje y buen juicio...eso hace que la vuelve a cerrar. ¿Por qué el empeño en beber café recalentado si ya se que no eres lo que quiero?

lunes, 7 de septiembre de 2009

La ciudad de las mil caras


Nunca dejará de fascinarme esta ciudad en la que me ha tocado habitar. Me parece que todos sus habitantes llevamos una relación de amor-odio con ella.

Hoy me encontré con un libro que me regalaron. Es simplemente una joya. Se llama "Ciudad de México. Crónica de sus delegaciones". En realidad cualquier otro día lo habría vuelto a poner en su lugar del librero sin hojearlo, pero justo hoy estaba pensando en esta ciudad y en sus mil caras. Me maravilla observar a mi alrededor. Me gusta ver los rostros de sus habitantes, ver los colores que ofrece cada esquina. Cada delegación tiene sus propios colores y un ambiente peculiar. El DF y su hermano siamés (Estado de México) pueden enloquecer o enamorar a cualquiera.

Hoy empecé el día en Polanco. Ese lugar me resulta tan irreal. Es como ver através de un aparador, mirar sin tocar. Muchos se quejan del microbusero gandalla, en Polanco uno se queja de la señora encopetada que te echa su minivan sin el menor reparo (ni quien se atreva a darle un golpe a su BMW modelo housewife) Por al´guna razón casi todos son güeros y nadie se salva del pintorezco franelero que quiere cobrar como si fuera valet parking.

Después tuve que ir a Ecatepec. Una historia muy distinta por allá. La Avenida Central es una trampa mortal para el automovilista. No importa cuantas veces tapen los baches, siempre aparecen de nuevo. Por allá las cosas se ven más crudas, la gente anda menos acicalada y definitivamente las calles están menos limpias. Sin embargo, se ve todo más real. Me sentí como si hubiera ido de una película de Disney a una de Mauricio Garcés (por aquello de la fotografía)

Es interesante saber que en muchas ocasiones, el cruzar una calle nos trae estos dos mundos que chocan y aún así son el mismo (como en Cuajimalpa) A veces cuesta trabajo creer que el señor del Mercedez que vive en Bosques de las Lomas y la señora que vende chicles y vive en la zona de barrancas de Alvaro Obregón comparten el mismo gentilicio.

Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...