jueves, 4 de junio de 2015

No soy un grano de maíz

La historia va mas o menos así: En un hospital psiquiátrico construido en una granja había un paciente que estaba convencido de ser un grano de maíz. Desafortunadamente para ir a sus terapias tenía que pasar por donde estaban las gallinas de la granja. Esta situación le causaba muchísimo estrés porque, bueno el era un grano de maíz. El doctor que lo trataba intentaba convencerlo de que no era un grano de maíz, si no de que era una persona. Después de mucho tiempo un día llegó el paciente muy contento a anunciarle al doctor que ya estaba convencido de que no era un grano de maíz, que era una persona. El doctor estaba fascinado con el anuncio. De pronto el paciente le dice que solo queda un problema. "Yo ya se que no soy un grano de maíz doctor, pero aún así hay un problema. ¿Quién va a avisarle a las gallinas?"

Por un tiempo ser importante en el trabajo y ser puesta en el lugar de "infalible" era todo para mi. Sin querer queriendo me volví el 911 de muchas personas. Masoquismo puro, cargar y cargar responsabilidades inútiles y ser santo de los casos difíciles. Estaba totalmente convencida de que esa era la puerta al cambio y a una mejor vida. Pero ahora me pesa. Ya empiezo a entender que yo no soy un grano de maíz, pero sigo convencida de que nadie le ha informado a las gallinas sobre este asunto. 

El día de hoy, después de mucho reflexionar y de empujar mis angustias hacia a la puerta decidí que las gallinas simplemente no serán avisadas. Como que ya va siendo hora de pasar de las palabras a las acciones. No soy un grano de maíz, lo dije y lo sostengo. 



martes, 5 de mayo de 2015

Cambiar, cambiar, cambiaaaar...de lugar

Los últimos meses he estado en terapia. Comunmente entre mis comentarios menciono que tomo terapia. Es curioso que la mayoría de las personas tienen una visión negativa sobre la terapia, y te ven como si se tratara de ir a hacerse limpias al Mercado de Sonora. Al parecer debes de estar muy loco o visiblemente desbalanceado para caer tan bajo, pero para mi es una experiencia súmamente enriquecedora y fascinante comprender que al reflejarme en los extraños puedo encontrarme, descubrirme y entenderme. Aprender los mecanismos que usa mi mente y entonces si tomar el volante y asumir ser piloto y no pasajero. ¿El problema? Pues el piloto tiene muchas responsabilidades, y por eso a veces parece más atractivo ser pasajero.

He aprendido muchas cosas importantes, pero por el momento sólo quiero compartir unas cuantas:

1.- Si algo no te gusta tienes que cambiarte de lugar. Nosotros nos ponemos en las situaciones que vivimos. Asumimos roles y desarrollamos conductas y pensamientos que vayan acorde. El problema es que culpamos absolutamente todo y a todos por lo que nos pasa, e"intentamos" casi cualquier cosa, excepto la más obvia y más sencilla de todas: hacer algo al respecto cambiando de lugar, tomando así un rol activo. Moverse, cambiar de lugar y asumir las consecuencias de los patrones que decidimos bordar en nuestras vidas.

2.- Las personas somos muy diferentes en un plano absolutamnte superficial, pero en el fondo todos tenemos los mismos miedos, inseguridades, incertidumbres y cicatrices. Los demás sólo reflejan lo que tu quieres ver, y es a través de los otros que se puede llegar al yo.

3.- El poder de las palabras que usas es inmenso. El cómo haces un comentario; las palabras que elijes para describir a alguien y también aquellas que no dices expresan mucho más de lo que tu crees. Por eso se debe ser impecable con las palabras, y que quede claro que nada tiene que ver con la perfección.

4.- Si no sabes lo que quieres, nunca vas a encontrarlo. Y entonces, al no tener la menor idea de lo que estás buscando te tropiezas con las mismas piedras, problemas y personas una y otra vez. 

5.- Nada ni nadie podrá llenar los huecos que llevas en el alma. Sólo tu, el habitante de esa mente, tiene la capacidad de rellenar los espacios consigo mismo. En realidad todo lo que necesitas ya está contigo. No puedes esperar a que los demás te den lo que te falta.

6.- Hay una parte muy oscura en ti, que no te gusta y que rechazas. La empujas con todas tus fuerzas y la niegas. Y entonces vivimos esforzándonos mucho por mostrarle a todo el mundo la parte luminosa, la que te encanta que conozcan. Pero se vuelve agotador tener que esconder una parte de ti, y al final tu siempre podrás ver la mugre bajo la alfombra. Sólo hasta que tu lado oscuro y tu lado luminoso se integren puedes encontrar paz. 

7.- Los domadores de tornados sabemos sobrevivir. Los guerreros sabemos pelear y sangrar para librar las batallas. Pero, ¿qué pasa cuando se firma la paz?. Descubrimos entonces que no sabemos vivir en paz, y hay que aprender a navegar en aguas tranquilas sin autosabotearnos.

Ese tipo de cosas aprende uno en las terapias. Es un deporte extremo no apto para afecciones cardiacas, pero una experiencia enriquecedora más allá de lo que puedo explicar con palabras.


Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...