lunes, 30 de junio de 2008

Babe why don't you let it go?

Dejar ir siempre resulta un tema complicado. Es como la primera vez que uno se pone unos patines de hielo y se abraza a un poste y poco a poco se va soltando hasta que uno lo deja ir. Pero en todo el proceso el vacío en la pancita es inevitable.

Me cuesta tanto trabajo soltar y dejar ir muchas cosas, pero bien dicen por ahi que al buen entendedor pocas palabras. Cuando lo único que tenemos por respuesta es silencio absoluto e indiferencia sólo se puede hacer lo mismo que con el poste y confiar en que después de soltarlo no se romperá uno la boca al caer. Quizás ni siquiera deberíamos de considerar caer como una posibilidad.

En definitiva uno nunca sabe lo que pasará ni quien de repente decidirá partir sin siquiera despedirse. Y nunca hay que aferrarse a nada al extremo de no poder soltarlo cuando el colapso es inminente.

Tal vez esto se ve complejo, pero al final sólo hay que soltarse y seguir. Ya aprenderemos con el tiempo. Finalmente hay que cerrar ciclos y aprender. Quedarse lo bueno que nos hizo crecer, dejar ir lo negativo que pueda doler.

viernes, 20 de junio de 2008

...de como me volví Dora la exploradora.



A mi me daba miedo ir al super que está a unas cuadras de mi casa después de las 9pm. Por azares del destino conseguí un buen trabajo free lance que me ha llevado a rebasar mis límites por mucho. He conocido lejanos y extraños reinos vecinos como Ojo de agua, Coacalco, Tultitlán y Villa Nicolás Romero. Esto para muchos no parece nada extraordinario, pero para mi ir sola hasta esos lugares ha sido un salto gigantezco, cual paso sobre la luna.


Hay un mundo muy distinto, lleno de escenas que no me esperaba ver. El metro a las 5.15am es una dimensión diferente, la cara de las personas, el ritmo de la ciudad. Si alguien me hubiera dicho a mi, después de perderme de Altavista a San Jerónimo, que yo sería capaz de llegar a un paradero de camiones a las 6am completamente sola, treparme a un camión desconocido y llegar a un pueblo lejano para después vagar por las calles con mi guía roji jamás, jamás lo habría creído.


Como un extra para este trabajo tengo mucho tiempo para pensar en muchas cosas en los laaaargos trayectos que recorro. Tengo tiempo suficiente para reflexionar y meditar muchas situaciones de esas que si se acumulan crean caos. Es como renovarse todos los días y darse un respiro de la fastidiosa rutina, porque a pesar de que voy muy lejos, nunca voy al mismo lugar. Siempre conozco gente diferente que piensa de maneras similares y a la vez muy distintas, lo cual resulta bastante gratificante. Tambien hay tiempo para leer. Cargar el ipod de música nueva e irla escuchando en el camino. Mi concepto sobre cerca y lejos nunca volverá a ser el mismo.


Es interesante descubrir poco a poco que esas cosas para las que uno se consideraba incapaz en verdad no son tan difíciles. Es interesante como las limitaciones caen como piezas de dominó una vez que nos hemos puesto a prueba. Es curioso como dominar un miedo hace que dominar los otros sea mucho más sencillo.

sábado, 14 de junio de 2008

Malo si sí, malo si no, ni pregunto...


¿Le ha pasado a usted que por más que trata de arreglar algo sólo consigue empeorarlo? La verdad es que a veces uno quisiera resolver un malentendido pero cada intento es fallido...y y sólo parece agravar las cosas.
Estaba el otro dia dispuesta a escribir un e-mail que según yo resolvería todos mis problemas cuando de repente llegó a mi mente el célebre coro de una canción de los Aterciopelados que dice precisamente "malo si sí, malo si no, ni preguntes..." y ahí fue cuando llegó la iluminación. Miré lo que estaba escribiendo y me di cuenta de que sólo repetía una serie de cosa que ya había yo dicho antes. Me di cuenta de que la parte faltante para resolver mi "problema" no estaba en mi y que lo único que realmente podía hacer era relajarme, ser paciente y dejar la puerta entreabierta.
Así que, cuando haga lo que haga todo parezca ser contraproducente siga este simple consejo: si ya se canso de insistir, ¡ya no insista! ¿qué le parece si mejor se ocupa de otra cosa? Si usted ha tratado hasta el punto de sentirse frustrado quizás la solución no está en la insistencia, sino en el silencio.

viernes, 6 de junio de 2008

Mi sombrero nuevo.


Siente un golpe fuerte que le sacude...duele mucho...por un tiempo no se tiene una idea clara de que fue lo que lo golpeó. Maldecirá, eso es un hecho. Buscará al culpable y le apuntará con el dedo lleno de juicio. Después el dolor aminorará y podrá respirar profúndamente. Algo sucedió, porque su vida ya no puede ser igual.


A veces estos golpes son cosas positivas que hacen que los engranes vuelvan a moverse. A veces estamos estacionados en un punto cómodo, lejano de lo que se quiere pero cómodo a fin de cuentas. Este golpe catastrófico y estremecedor que nos hará sentir dolor un tiempo puede a veces hacer lo mismo que un taco le hace a una bola de billar: la mueve. Al fin hay movimiento, hay posibilidad de cambio.


Cuando los sueños se hacen pedazos hay dos opciones posibles:


1) Sufrir y lamentarse. Llorar sobre los pedazos y recordar lo hermosos que eran cuando estaban unidos. Pensar en una realidad paralela en la que eso nunca pasó y todos fueron felices para siempre. Ser un vampiro y alimentarse de la sangre de los sueños que han muerto y se desangran en el piso.


2) Usar el polvo fino de los sueños rotos y construirse unos nuevos. Armarse de valor y enfrentar el dolor, a sabiendas de que ahi esta, pero que sufrir es opcional. Maravillarse como un niño pequeño ante una caja llena de crayones por la gama de posibilidades. Pensar en lo que se puede hacer y no en lo que ya fue.


Para ser sincera, es más fácil ser vampiro, pero ya me aburrió la oscuridad. Me gustaría construirme un gran sombrero de colores con los pedacitos que me quedan y salir a pasear un rato. Me gustaría no presionarme para construir sueños nuevos y simplemente pensar en el futuro sin que se vuelva una obsesión asfixiante.


Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...