jueves, 6 de febrero de 2020

Gente fecal

En los últimos años he escuchado por todas partes el término "personas tóxicas". Hay libros, pláticas, artículos de revista, todo el paquete informativo. Sin embargo, hoy mientras andaba por el mundo, fui inspirada para definir un nuevo tipo de personas: la gente fecal.

Los fecales están cubiertos de mala vibra, chismes y problemas que se generan a sí mismos. Se consideran víctimas perpetuas de las circunstancias. Pero sobre todo, siempre embarran todo lo que tocan. No pueden irse de una relación o un lugar sin antes armar un despelote brutal y dejar embarrados de mugre a todos los que se pueda. También son tremendamente manipuladores, y como buena materia fecal, siempre se adhieren a otros de su misma especie.

Les gusta la mugre, el conflicto, los problemas, la mentira, la doble cara y la hipocresía. Andar rodeado de fecales hace que inevitablemente te vayas recubriendo de lo mismo. El potencial es infinito, ya que la cubierta puede ser desde ligera hasta de varios metros de espesor.

Toda la gente que brilla les molesta. Buscan a como dé lugar darles en la torre a todos los que estén cerca. El malestar y la infelicidad son tan grandes que tienen el deseo permanente de transmitir sus demonios. A algunos, los que aún no están totalmente cubiertos, les surge de vez en cuando el deseo de lavarse y ser buenas personas, pero al final extrañan la materia que normalmente los recubre y buscan volverse a embarrar.

Hoy me embarraron de su mugre, pero pude limpiarme sin problema. No deja de ser desagradable, al final tienes que acercarte a su inmundicia para quitártela, y esa parte no deja de asquear. Pero sólo se tiene que respirar por la boca un ratito, acomodar todo, y limpiarse con un gran pedazo de congruencia y dignidad. Sé que siempre intentarán volver a dañarme, pero con la práctica vas aprendiendo a evitar sus embates. 

Tenga cuidado con la gente fecal, y no permita que lo embarren de la viscosa y maloliente mierda que les rodea.


Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...