miércoles, 22 de diciembre de 2010

Kitty from hell

Hace unos meses adopté una gatita. Le puse Matilda en honor a una de mis historias favoritas. Cuando fui por ella a la casa de su primer familia me informaron que se llamaba Nemi y que ya habían tratado de regalarla en tres ocasiones, pero que siempre la regresaban. Mi primer pensamiento fue romántico. Pensé que doña Nemi estaba destinada a vivir conmigo y a llamarse Matilda. Después unas cuantas semanas descubrí la terrible verdad...

Matilda es una gata chiquita, blanca con gris. Le gustan los muñecos de peluche, el panqué y las pelotas de goma. Le gusta echarse en la orilla de las ventanas y dormirse acurrucada junto a mi almohada. También es conocida como Kitty from hell por todos aquellos que han escuchado de sus andanzas. Disfruta de destrozar el papel de baño, los manteles, las cajas y de asustar al buen Calvin. El día de ayer, Matilda protagonizó una de esas historias chiquitas que me encanta coleccionar.

A eso de las 8 pm Matilda desapareció de la faz del departamento (muy pequeño, por cierto). La busqué abajo del sillón, adentro de los clósets, en el baño, adentro del refrigerador (así es, alguna vez ya se metió ahi), abajo de la cama, en el canasto de la ropa sucia, abajo del horno, en la zotehuela, en el estacionamiento, en los pasillos. Le toqué a los vecinos y les enseñé una foto en el celular. Abrí una lata de atún, reboté una pelota...nada. Me fui a dormir triste y pensando que al otro día aparecería.

En la mañana repetí mi búsqueda, pero no encontré nada. Derrotada regresé a mi recamara y me senté en la cama. Fue entonces que escuché unos ruidos dentro del tocador. De inmediato abrí el cajón de las bufandas (que por cierto había sido vandalizado por la Kitty from hell el día anterior) y saltó Matilda como si tuviera resortes en las patas traseras. Pasó aproximadamente 12 horas dentro del un cajón. Al menos hizo ruido y la pude rescatar.

Ahora Matilda está feliz ronrroneando en la silla de al lado, cazando mis dedos mientras tecleo estas palabras.

domingo, 28 de noviembre de 2010

¡A sudar muchachillo!

Don Andrés era un campesino curtido por los elementos. De manos ásperas y piel morena. Bigote blanco como su pelo. No recuerdo haberlo visto sin sombrero. Tenía un carácter bastante gentil y provinciano. Cargaba gran sabiduría y un costal de historias chiquitas. Cuando don Andrés veía un gran plato de comida se quitaba el sombrero, se pasaba la mano por la frente y exclamaba entonces: "Ora si, ¡a sudar muchachillo!"

Contaba entonces que hacía muchos años, en aquel tiempo de peones y patrones en el campo del Bajío, existía un muchacho muy pobre que no tenía nada. Todos los días terminando de trabajar se lo llevaban a comer. Probablemente era la única comida que hacía en todo el día, así que la aprovechaba al máximo.
El muchachillo hacía unas comilonas tan copiosas y se zampaba todo con tal intensidad que cuando terminaba su plato estaba agotado y bañado en sudor. De ahí la frase célebre de don Andrés, quién ya no vive con nosotros en la tierra, cada que uno le daba un buen plato de comida.

La próxima que esté presto a zamparse un plato generoso recuerde a don Andrés. Y entonces, ¡a sudar muchachillos!

De criaturas interesantes e historias chiquitas.

El mundo está lleno de criaturas interesantes e historias chiquitas. Muchas veces he escuchado historias geniales que me parece una gran tristeza se pierdan. Las cuenta la gente, pero después se las llevan cuando mueren. Si hubo suficiente suerte quizás hubo alguien que las acuerda y las retransmite.

Mi misión los próximos meses será describir a todas estas criaturas que se cruzan por mi camino y contar todas esas historias chiquitas que me han contado o he escuchado por aquí y por allá. Debo admitir que algunas historias estarán aderezadas por fragmentos de mi imaginación, pero muchas estarán apegadas a la narración original.

Todas estas cosas son las que hacen la vida. Sin ellas sólo seríamos seres grises y vacíos (no es que no los haya). Siempre será más divertido usar un vestido de colores que un traje gris rata. Y como me sigo negando a venderle mi alma al diablo, mejor se las comparto.

jueves, 25 de noviembre de 2010

I hate everyone

En algún punto del camino uno toma la decisión equivocada, y luego tiene que vivir con eso. Te asomas por la ventanilla y descubres que estás en medio del desierto ,y no sabes si el camino por el que vas te llevará a donde quieres ir. ¿Sabe uno a dónde quiere ir? Porque bien decía el gato Chesire, si no sabes hacia donde quieres ir, qué más da el camino que hayas de tomar.

Insomne miro a través de la ventana y enciendo un cigarrillo. Observo en silencio porque me parece que me he quedado sin palabras. No hay más argumentos. Caminé hasta este punto sin mucha consciencia al respecto. Ahora sólo me queda rumiar este mal humor que traigo a cuestas desde hace semanas enteras. Todo me molesta. Odio todo. Trato de buscar por encima de la nube de tormenta el switch que prenda la luz.

Debería de estar durmiendo, pero sólo doy vueltas en la cama. Me pregunto si es malestar pasajero o una alarma que me dice que por acá no era la cosa.

Quiero ver el lado positivo. Hay muchas cosas buenas, pero de repente no se ven cerca. Llego a acuerdos internos. Tratos conmigo misma. Intento convencerme de cambiar la estrategia.

Pareciera que siempre me persigue un vacío. Como que sigo sin entender de que se trata el juego. ¿Será que me tomo la vida demasiado en serio?

Me digo a mi misma drama queen y ruedo los ojos cuando se me desborda la ansiedad y la ira. Me descubro caminando rápidamente con el ceño fruncido con frecuencia. Empiezo a pensar que tengo serios problemas con el mundo. Quizás tengamos que separarnos un tiempo, hasta que conciliemos nuestras diferencias. Mientras tanto puede uno ser una suerte de autista encerrado en si mismo.

Ya no sé nada. Hoy odio a todo el mundo.

martes, 2 de noviembre de 2010

Oficina

Ocho horas sin descanso,
una agenda que seguir.
Trajes grises, protocolos,
nada que decir.

Checa la tarjeta,
sírvete café.
Abre la oficina y siéntate.

Esperando los domingos
los días pesan más.
Nada cambia y se estanca
cualquier signo vital.

Afloja la corbata,
siéntate hacia atrás.
Un respiro hondo y a trabajar.

Pero el plazo está por vencer,
y tu tiempo se lo traga la internet.
Horas extra para vivir
y un bono extra por no existir.

lunes, 1 de noviembre de 2010

If tears could build a stairway,
And memories a lane,
I'd walk right up to Heaven
And bring you home again.

domingo, 10 de octubre de 2010

La visita

La muerte ha venido a visitar. Nunca le había visto tan cerca. Una vez que la ves a tan corta distancia, tu vida ya no puede ser igual. Es hasta que las grandes preguntas de todos los tiempos se clavan en tu corazón que realmente comienzas a entenderlas, sin que ello signifique que puedas responderlas. Comienzas a comprender lo absurdo y estúpido de la mayoría de tus preocupaciones terrenales.

La conciencia de la fugacidad de mi propia vida ha abierto mis ojos, mi corazón y mi razón hacia nuevas perspectivas. Jamás olvidaré una impresión tan grande como el brindar y reír con una persona un día y llevarle flores a su ataúd al siguiente. Jamás podré olvidar las expresiones de la vida y de la muerte. Sin embargo no puedo hacer absolutamente nada más que contemplar y tratar de entender este delicado balance entre estar y no estar.

Dejar ir es un arte exquisito que pocos logran realmente dominar. Aprender a soltar todo aquello que cargo y que no tendría porque llevar a rastras se ha vuelto la nueva misión. Abrir todas las ventanas y sacudir el polvo como nunca antes. Abrazar a todos aquellos que quieres de una nueva manera, aprender a apreciar sus sonrisas y su presencia con mayor alegría. Celebrar cada vez que abro los ojos y respiro un nuevo día.

La muerte ha venido a visitar y a llevarse a un amigo. Pero al mismo tiempo vino a sacudirme y a exigirme que viva y despierte antes de que regrese a llevarme de su mano a donde sea que ella nos lleva. Ha venido a visitar y a medida que el dolor se atenúa, va dejando sabiduría.

lunes, 4 de octubre de 2010

A un amigo

El día de hoy fui al funeral de un buen amigo. No encuentro consuelo alguno tras su muerte y nunca experimenté esta tristeza profunda que trae consigo la pérdida irreparable de alguien a quien quieres. Sin embargo, hay una dulzura en el fondo de este dolor. Una dulzura que es como su abrazo.

No puedo evitar pensar en el ciclo de la vida. No puedo evitar pensar en mi propia muerte. No puedo evitar pensar en lo fugaz que es la vida. Uno escucha a otros decir una y otra vez que la muerte es repentina, que hay que decirle a la gente lo que sientes en vida. Hasta hoy logro entenderlo en realidad.

Escucho en el viento un murmullo que no había escuchado antes. Como si volara entre los árboles. No logro entender su mensaje, pero siento un poco de consuelo. No me quedo sin embargo con cosas que no se hayan dicho. Tuve la suerte de compartir una tarde de risas y alegría un día antes de su partida. Mi eterno agradecimiento por ayudarme a ser mejor persona. Mi eterna amistad. Aún con su muerte me deja aprendizajes que deseo tomar.

Hasta siempre amigo mío. Voy a recordarte siempre. Vivirás en mi corazón y en mis recuerdos.
Gracias por todo don Armando. Descanse en paz.

sábado, 2 de octubre de 2010

Octubre

Me gusta octubre. Me gustan sus colores y olores. Siempre he pensado que octubre es un mes neutral. Por alguna razón el sol de octubre se siente distinto sobre la piel. No quema, sólo templa el viento frío. Me gusta la alfombra de hojas y el pay de calabaza. Las mañanas comienzan a ser más frías, asi que cuando hay oportunidad de levantarse tarde es especialmente delicioso estar envuelto en una cobija. Me gustan las preparaciones para el día de muertos.

Octubre es un remanso. Se acaban los fuegos artificiales y los pachangones de septiembre, y tampoco tiene la apuración de noviembre. El penúltimo mes del año siempre me sabe a la carrera. Octubre es un buen mes para limpiar la casa y escombrar rincones. Es un buen mes para recapitular y restablecer objetivos. Octubre es un buen momento para detenerse, sentarse en una banca en medio de un lugar concurrido y ver a la gente pasar, sin decir nada y sin pensar nada.

Me gusta octubre.
Listen! The wind is rising, and the air is wild with leaves,

We have had our summer evenings, now for October eves!
".    
Humbert Wolfe

jueves, 30 de septiembre de 2010

Es un compló I tell you!!

Entre la felicidad e ilusión por un cambio de área en el trabajo una serie de extraños robos comenzaron a darse. Un dia se me perdían las plumas, otro unos papeles. Comencé a sospechar de sabotaje, pero no tenía pruebas. A veces la paranoia nos ataca y comenzamos a tejer redes extrañas que descubren un plan maligno para conquistar el mundo, pero entonces también llega a asaltarte la idea de que estas viendo demasiados programas de ciencia ficción. A veces dejamos de creerle al instinto por tomarlo de irracional. Pero no puedes evitar pensar tal como AMLO y de repente algo grita en tu cabeza "¡Aquí hay un compló!"... Lo peor viene cuando lo compruebas.

Muchas veces uno trata de ver en la gente tintes angelicales inexistentes. Trata uno de pensar que la gente es escencialmente buena. De alguna manera en la mayoría de los casos parecen esforzarse en probarle a uno lo contrario.

Hoy comprobé que mi instinto es acertado y que he aprendido con los años a leer las expresiones y los ademanes. Hoy probé una vez más que la gente puede ser simple y llanamente culera sin ninguna razón aparente. Hay quienes sólo han venido al mundo a chingarse al prójimo. Al mismo tiempo, en total contraste también he comprobado gustosa que hay personas amantes de la buena vibra dispuestas a dar una palmada en la espalda cuando uno se sale de si mismo y se enreda en esta maraña de sensaciones que ni siquiera pueden describirse.

Caray, que día tan raro.

domingo, 5 de septiembre de 2010

This is it

Escucho la misma canción una y otra vez. Puedo ver entre los espacios de la puerta y la pared que no encuentras lo que buscas. Sigues buscando afuera, lo que sólo adentro podrías encontrar. Me sigues arrastrando entre las ondas expansivas, argumentando que es madurez de lo que carezco, y no de fuerza de voluntad.

Estoy cansada de esperar la cicatrización. Es hora de cauterizar me guste o no. Alguno tiene que tener fuerza suficiente para cerrarle la puerta a este juego absurdo. No me patees la cara con te quieros huecos de cuates entrañables. Ya no recicles las palabras, que las tengo identificadas y les he negado el acceso.

Ya no es dolor, es hastío. Estoy cansada. Quiero dejarte allá atrás, sabiendo que ya no vas a regresar a saltar detrás de algún arbusto para robarme la calma que tanto trabajo me ha costado acumular. Dicen que nuestro cerebro no entiende de presente, pasado o futuro. Dicen que lo que piensas lo vives en tu mente y es pura realidad. Por eso creo que si no te vulevo a pensar estaré a salvo.

Ya no juego. Pidos. Salvación por todos mis amigos.

lunes, 30 de agosto de 2010

Momentos

Cada día llega salpicado de momentos de pura y simple felicidad. Con el tiempo he aprendido a disfrutarlos y a dejar que me llenen. A veces creemos que la felicidad es como la de los cuentos, y que viene a quedarse por siempre y todos los días, cada segundo mientras estemos vivos ( que aun muertos seremos felices en el cielo).

A veces pensamos que las personas sólo tienen dos caras, pueden ser buenas o pueden ser malas. Pero lo cierto es que estamos colmados de tintes, sombras y matices. Con el tiempo he aprendido a no suprimir las cosas buenas de cada persona que he conocido aun cuando les conozca un ángulo que no me guste. Así es como he encontrado paz y balance. Alguna vez leí en un libro "si esperas lo suficiente, puedes encontrar algo bueno en cada persona...aún en el más cruel tirano".

Disfruto cada cosa pequeña que me saca una sonrisa. La verdad es que no me había dado cuenta de que sonrío mucho todos los días. Sonrío cuando manejo en la carretera escuchando música. Sonrío cuando llego a casa y veo a mis gatos esperando en la puerta. Sonrío cuando veo algo en la calle que me gusta. Sonrío cuando escucho el radio. Sonrío mientras cocino. Sonrío cuando me miro al espejo.

Alguna vez pensé que nunca podría llegar a ser una persona sana. Cuando recuerdo quien soy sonrío triunfante, porque me gusta lo que he construido y me gusta lo que vivo.

Ya lo dijo Depeche Mode (quizas con otra intención) "All I ever wanted, all I ever needed is here in my arms"

domingo, 22 de agosto de 2010

La Mala del Cuento

Hace unos pocos días descubrí lo divertido que es ser la mala del cuento. Ser la bruja egoísta e insensible que no puede dejar todo interés propio de lado para volcar toda su ateción a otros. Francamente no estoy dispuesta a tal cosa, y si por ello he de ser señalada como un asqueroso ser egoísta, entonces he de asumirlo, no sin antes imprimirle tintes dramáticos para mi entretenimiento personal.

Es divertido cuando uno no se mete en el drama ni sede ante chantajes baratos. Gracias a tal visión distante se está en posición de jugar a ser la "mala-maldita-desgraciada". Para quien quiera ser cándida princesa maltratada y sufriente, adelante, go ahead. Vivir el papel de ser incomprendida por las maldades y egoismos de este mundo superficial y corriente que sólo se preocupa por el materialismo y los negocios, mientras que uno busca bienes mayores que lo enaltezcan, aún cuando no se tenga la mínima idea de lo que eso significa en la práctica, porque la vida de las princesas berrinchudas es pura teoría. Así va uno errático de un lugar a otro, sufriendo por aqui y por allá. Buscando siempre la atención y aprobación de todo el mundo con un disfraz de originalidad que termina por resquebrajarse tarde o temprano. En mi opinión es simple y llanamente exhaustivo vivir tal intensidad sin sentido.

Nuestra misión en la vida es nutrirnos. Las personas que nos rodean son una fuente importante de nutrición. Cuando alguien resulta ser nocivo, es importante pedirle que se vaya (muchas veces se van solos y te ahorran la molestia). 

Así pues disfruto mi papel de mala del cuento. Es más divertido reir como Maléfica que reir como Blanca Nieves.

domingo, 15 de agosto de 2010

Cambiar, cambiar cambiar de lugar.

Desde que tengo memoria y suficiente fuerza, recuerdo que cada cierto tiempo me gustaba cambiar los muebles de lugar en mi recámara. Me aburría que todo estuviera siempre igual. Cada que movía los muebles me sentía en un lugar diferente. Ahora ya no son los muebles de la recámara, si no toda mi casa. Me aburre sentarme siempre en el mismo sillón en el mismo lugar.
Después pensé en los cambios que se avecinan este mismo año para mi, cambios que yo decidí llevar a cabo. Me di cuenta de lo relacionado que está mi afán por recorrer los muebles de un lugar al otro y el buscar cambios en la vida. Nunca tuve conciencia de todo eso, hasta este momento en el que sigo cambiando cajoneras y libros de lugar, mientras pienso donde voy a comprar los libros que necesito para estudiar, y los pendientes del trabajo que está muy próximo a cambiar de forma total.
Interesante como uno nunca termina de descubrirse y conocerse por completo.

domingo, 18 de julio de 2010

Marea rosa


Te vas, regresas, vuelves a irte, pasa el tiempo y comienzo a dejarte atrás, pero regresas.
Siempre me negué a creer en el amor rosa de cuento que siempre te dicen que existe. Ese que es a prueba de todo, ese que a pesar de años y años no se te olvida. Las frases huecas y trilladas que escuchas una y otra vez. Sigo tratando de negar su existencia, aun cuando al parecer tengo una infección terminal de amor rosa.
Trato de descifrar de que se trata todo esto. Intento entender, pero sólo siento. Sigo sin entender porque alguien le pide a la otra persona que se vaya de su vida, pero aun así le busca e insiste en ser parte de una vida en la que no quiso estar. Me imagino que es ese complejo de Peter Pan que no te deja crecer. Quieres estar cerca pero no demasiado. Quiere ser libre por siempre jamás. Nunca entendiste que podías ser libre y quedarte al mismo tiempo.
Hoy tengo el corazón estrujado y los ojos muy hinchados. Hago cuentas y no me alcanzan los dedos de ambas manos para enumerar los años que has estado en mi vida. Los años que ha sobrevivido mi amor rosa. Me enferma pensar que es permanente y que no se irá nunca. Al parecer no hay manera de decirte adiós y no tener que revivir el mismo dolor cada que llegas con esta marea rosa.
Una tarde más en que te paseas por mi cabeza. Una tarde más que mis mejillas se humedecen y que me pego a la ventana a suspirar. Estas pero no te tengo. Me quieres pero no te quedarás. No me amas pero no me dejas ir. Vivo atrapada en tu indecisión y se que nunca vas a ser definitivo. Sin embargo ya me cansé de llorar tanto. Estoy exhausta.

martes, 13 de julio de 2010

Táctica de avestruz

El que huye de sus problemas y los evade eternamente, aquel que corre despavorido a la primer punzada de dolor, el que abandona y jamás puede decir las cosas a la cara, ese que esconde la cabeza bajo la tierra hasta que pase el temblor no se me merece mi respeto.

Como si se jugase a las escondidillas con uno mismo, todo el ritual carece de sentido. Aparecer de pronto y desaparecer como jugando al peekaboo. Toda la situación amerita un buen bostezo y después voltear la mirada a otro lugar quizás más interesante.

sábado, 12 de junio de 2010

Síndrome de bajo IQ en ventanilla

Cada que me paro frente a una ventanilla para hacer algún trámite, ya sea en el banco, en alguna oficina gubernamental o hasta en la ventanilla de la comida rápida algo extraño me sucede. No logro entender con claridad lo que se me solicita, pierdo coordinación motriz, por lo cual se me dificulta manipular objetos como papeles o credenciales. Adquiero este look de "rubia tonta" irremediable y usualmente termino mi solicitud con las mejillas ruborizadas y una sensación de "¡ah pero que taruga!"

Llevo años tratando de entender porque sucede esto, pero tengo testigos de lo bochornosa que esta situación llega a ser. La pregunta es, ¿si estuviera yo del otro lado de la ventanilla pasaría lo mismo? Si tuviera que trabajar como cajera en un banco, ¿sería acaso la empleada más incompetente que jamás nadie hubiera tenido? Dudas que probablemente nunca podré resolver (o al menos eso espero)

¿Conoce usted a otra persona con el mismo padecimiento? o será que al leer mi blog en esta ocasión ¿usted se sintió plenamente descrito? Si es así quizás debiéramos conducir alguna especie de estudio, o simplemente compartir las burradas que hemos hecho frente a una ventanilla. Yo estoy segura de que le he dado una anécdota hilarante a más de uno de esos sujetos detrás de la ventanilla para compartir a la hora de la comida.

domingo, 16 de mayo de 2010

But I believe in peace...BITCH!!!

Todos en algún momento hemos conocido a una bitch en la oficina. La mujercilla que se sienta a calentar una silla y meter cizaña al por mayor, mientras te habla con diminutivos con una voz por demás dulzona e irritante. En general uno trata de tomar la vida de oficina a la ligera, de reir por aquí y por allá y matarle un poco los tonos grises al cubículo si es que uno tiene que rondar por ahí.

Sin embargo, hace unos días tuve que frenar mi incontenible deseo de agarrar a alguien de los cabellos y arrastrarle hasta las escaleras, donde obviamente, le aventaría cual costal de papas, para finalmente terminar dándole unas cachetadas (respiro profundamente....inhalo, exhalo, inhalo, exhalo...) Recordé entonces una de mis canciones favoritas, una de la señorita Amos, y sus sabias palabras resonaron en mi cabeza 'but I believe in peace...I believe in peace BITCH!!'. Fue entonces cuando sonreí y preferí pasar de la ira desmesurada a la indiferencia profunda.

De vez en cuando uno se topa con este tipo de seres indefinidos entre su edad mental y física, acomodados en el trabajo menos demandante que logran encontrar, entrenados para lamer traseros y zapatos a diestra y siniestra, listos para regar veneno a la menor provocación y además con look inofensivo. Cuando eso sucede lo mejor es darle la vuelta y evitarle a toda costa. Tarde o temprano las máscaras caen y la incompetencia te deja desempleado.

domingo, 11 de abril de 2010

El monstruo que nunca muere

Durante años y años perseguí el sueño máximo que cualquier persona en mi condición ambicionaría más que nada: salir de la casa paterna. No me importó mucho si tuve que dejar una cosa o dos en el camino, como la música por ejemplo, con tal de salir de aquel infierno.

Uno no puede evitar recordar todo eso de vez en cuando, por más que uno crece y se fortalece siempre hay un dolor punzante muy dentro. Un dolor que se formó durante años de guerra civil en la casa. No eran las típicas peleas bobas del adolescente que quiere irse de fiesta y no puede, o del niño berrinchudo que quiere comer muchos dulces. Para mi fue la guerra más dura y larga. 26 años de dolor constante e inestabilidad. 

Hoy escuchaba una canción de Christina Aguilera que se llama "I'm OK" y no pude evitar recordar y traer de nuevo miles de recuerdos dolorosos. Fue como si esa canción la hubiera escrito yo misma. La intensidad de su voz vibró en la inmensidad de mi dolor y soledad. Me hizo recordar porque dicen mis amigos que soy muy fuerte, me hizo recordar porque algunos familiares creen que soy muy fría. Me hizo recordar porque me encerré durante años en mi recámara a leer, dibujar, escribir y cantar. Me hizo recordar porque cuando visito a mi mamá no me gusta subir a saludar al monstruo que vive en su recámara postrado en una cama. Me hizo recordar porque preferiría no volverle a ver nunca más.

También piensa uno en los millones de personas atrapadas en la violencia doméstica. Uno piensa que tuve suerte al escapar finalmente de aquello, mientras que hay quienes viven en un espiral eterno de desesperanza y tristeza. Piensa uno en lo simple y poco dañino que fue su caso al compararlo con otras historias de terror que se cuentan por todos lados. Se va perdiendo la fé en el mundo. ¿Por qué hay tanto dolor en las familias?¿Por qué hay tantos secretos dolorosos enterrados en cada casa?

Mirar el pasado es doloroso, pero también me da esta sensación de alivio y paz inigualable. Cierto es que seguramente tengo daños severos que tardaran en sanar, pero nadie puede quitarme esta victoria. Nadie me quita esta sensación que tengo ahora al llegar MI casa, cuando cierro la puerta y me siento segura. Cuando me voy a la cama sabiendo que nadie va a gritar durante la noche. Quizás son muchos los escombros que llevo dentro, pero la esperanza que me da el saber que todo ese dolor es añejo y algún día se desvanecerá me causa una sensación indescriptible. Como si la mujer en llamas cayera al mar.

I'm Ok: http://www.youtube.com/watch?v=quAFmNvk_Zs

domingo, 4 de abril de 2010

Bye Bye Birdie

Hoy le dije adiós al dolor permanente que guardaba en uno de esos rincones del cerebro. Decidí ponerle fin en verdad a ese dolor punzante de todos lo días, que al volverse rutinario, a veces nos hace pensar que ya no está. Algunos insisten en que el tiempo cura todo; nos hacen pensar que el motivo por el cual seguimos sintiendo dolor y tristeza es nuestra arraigada inmadurez.
Tiempo, distancia y paciencia, eso si lo cura todo. Dejar de jugar a que no pasa nada. Tomar el toro por los cuernos, poner los puntos sobre las ies. Arrancar el problema de raíz. Dejar de tomarse el pelo a uno mismo.
Decir adiós nunca será fácil, pero no hay nada más liberador. Es levar anclas y echárse a la mar.

viernes, 26 de febrero de 2010

P-A-C-I-E-N-C-I-A

ODIO esos momentos en los que no puedo cerrar los ojos y tengo que ver la realidad tal cual es. Detesto cuando tengo que convencerme a mi misma de que lo que sucede es real. Uno preferiría pensar que esos grandes problemas desparecen. Y así estoy sentada frente a una pila de trabajo que necesito terminar, tratando de usarlo como una manera de limpiar mi mente de necedades. ¿Cómo es posible que cuando uno cree estar más allá del proceso de superar algo llega la estúpida esperanza y nos dice "lero, lero"?
No es suficiente conocer la respuesta o lo que uno debe de hacer. No es como seguir una receta de cocina y después esperar a que esté listo. O quizás si lo es, pero simplemente estoy cansada de ser paciente y de tratar de poner cara de "no pasa nada". Reprimir esta necesidad de gritar a todo pulmón y correr hasta desmayarme de cansancio. Tratar por todos los medios de darme ánimos y recordarme que no hay nada que me haya resultado imposible.
Admitir simplemente que se es un ser humano, y que hay cosas que uno siente que no puede controlar. Sólo puede uno esperar que el tiempo haga su chamba y un día nos deje estar en paz, sin este temblor en las manos y este dolor punzante en el estómago cada vez que me restregan en la cara mi derrota.
Usaré esta pila de trabajo como si fuese la solución a todos mis problemas, y tendré confianza en que sólo se trata de uno de esos días en los que todo se ve obscuro.

martes, 26 de enero de 2010

Calvin hace sus maletas


Al parecer desde que decidí vivir sola escribo más seguido en el blog. ¿Será que de pronto siento que es una buena manera de no convertirme en una total ermitaña? Vaya usted a saber, lo cierto es que desde que he estado viviendo en este departamento puedo escuchar lo que pienso todo el tiempo.

Hoy llegué a la decisión de que mi pequeño Calvin (mi gato) tendrá que regresar a vivir con su abuela (mi madre) porque me causa alergias espantosas. Me parte el corazón en mil pedazos decidir que tengo que deshacerme de mi única compañía.

Verá usted, la tragedia reside en que Calvin ha sdo mi mascota desde hace 12 años, y saber que es el quien me mantiene con estas alergias espantosas y esta asma es un golpe duro. Cuando la gente se entera de que soy asmática y tengo un gato no dudan en dirigirme una mirada de "pinche loca" y el obvio comentario, pero definitivamente no creo que entiendan lo que significa para mi este gato. Supongo que nadie más que aquellos que aman a sus mascotas y realmente disfrutan de su compañía pueden entender el gran hueco que se me ha hecho en el pecho.  Así pues, me quedan unos cuantos días más para compartir con mi Calvin y sufrir las alergias.

Cual hijo de padres divorciados don Calvin vendrá de visita en las vacaciones y tendré que conformarme con eso.

Mal día el de hoy :(

lunes, 25 de enero de 2010

Los buitres del megáfono

Cuando algo pasa en la colonia en la que uno vive, no pasan ni seis horas para que pase un fulano con un altavoz gritando cosas como: "¡¡Lea lo de la balacera, lo de los muertos que mataron en la balaceraaa!!" o "¡¡entérese de la que mataron en las minas de arena!!"

Me indignan, son como moscas necias revoloteando sin descanso. La pregunta es ¿de dónde diablos sale esta gente? ¿En qué momento consiguen esas fotos asquerosas? Porque no importa donde suceda, ellos salen de entre la gente chismosa que pasa por el lugar de los hechos. Son como los vendedores ambulantes que en cuanto cae la primer gota de lluvia ya estan vendiendo sombrillas e impermeables.

Lo peor es que han de vender muchísimos periódicos. En este país la mayoría de las personas que leen periódicos regularmente prefieren comprar de esos amarillistas, cuyos titulares son tan vulgares que no te queda más que reir y la primera plana se la lleva algún  infortunado atropellado quien seguramente sentiría mucho pudor por enseñar las tripas a media ciudad. Resulta una falta de sensibilidad alarmante, es triste que este tipo de imágenes ya se hayan vuelto tan cotidianas.

sábado, 23 de enero de 2010

Venderse y vender

El mundo de las ventas es interesante pero al mismo tiempo resulta ser súmamente sucio. No me gusta voltear la mirada y encarar este tipo de realidades. Jamás dejará de sorprenderme la mente de los demás. A veces la gente parece ser simplona y sin ningún tipo de color, pero si les das suficiente tiempo llegan a sorprenderte.

En esos largos y continuos viajes de trabajo me gusta escuchar. Es como asomarse a la ventana del vecino y conocer una realidad distinta a la de uno. Escucho con atención a los vendedores con los que trabajo, y en muchas ocasiones logro ver una persona interesante y diferente cubierta de una capa espesa de estereotipos, prejuicios e ideologias aprendidas sin reflexionar sobre ellas. Es un gran contraste. Pueden caerte muy bien pero al mismo tiempo no puedes evitar exclamar en el fondo de tu cabeza: "'che wey" mientras escuchas todo un discurso machista del porque las mujeres no somos iguales o del porque ser homosexual es antinatural y del como ponerle el cuerno a la esposa es tan natural como cepillarse los dientes (podría jurar sobre un altero de biblias que hacen más lo primero que lo segundo)

Escucho pláticas sobre como funciona el mundo de las ventas y las mil y un mañas que hay para hacerse de un dinerillo extra. Me da tristeza ver que la porquería y corrupción que embarran las altas esferas gubernamentales  son las mismas que embarran los pequeños mundos en los que habitamos. Nos atrevemos a quejarnos y a decir que todo está mal, pero lo cierto es que esas altas esferas son un reflejo de cada pequeño mundo individual que cada quien lleva en su cabeza. Uno no puede evitar sentirse boba y soñadora al creer que las cosas pueden hacerse bien, sin buscar chingarse a nadie y siguiendo la máxima de "ganar-ganar". Pensar que el mundo puede cambiar con tan sólo desearlo.

Es curiosa la cantidad de cosas que le pasan a uno por la cabeza mientras va viendo el paisaje montañezco por la ventana del auto mientras un gran suspiro le hace a uno recordar que nunca será "normal"...y es entonces cuando sonrío.

viernes, 22 de enero de 2010

Un viernes de limbo

Mi muy estimado lector, hay varias cosas en la vida que nos ponen de malas. En especial en esos días "equis" que uno vive de vez en cuando. Cuando no está uno ni de buenas ni de malas, y sólo necesita un empujón para irse hacia uno u otro lado.

En lo personal yo odio cuando me cambian los planes de manera arbitraria. Sin razones ni consulta, simplemente se decide no seguir adelante sin tomar en cuenta al otro. No es que no disfrute de la espontaneidad de una decisión tomada al momento, pero me pone de pésimo humor reservar tiempo o energía para algo que no se llevará a cabo.

Sin embargo, uno debe de apreder de experiencias anteriores, y darle a cada quien la seriedad que se merece. Así que hoy me envuelvo en mi cobija multicolor, me instalo en pijama en el sillón y pongo un par de episodios de los Simpsons en la tele mientras le rasco la panza al gato.

jueves, 14 de enero de 2010

-when the Grinch found happiness-

Este 2010 ha empezado siendo muy diferente. No es que por obra de la varita mágica de Campanita todo haya sido diferente a partir de las 12:01 del 1ro de enero del 2010, en realidad se tardó unos cuantos días más, pero de que empecé con cambios radicales no hay duda.

Me siento en verdad renovada y diferente, y todas esas pequeñas cosas que de repente sigo arrastrando ya no pesan tanto ni se ven tan dificiles de superar.

A una semana de mudarme a finalmente vivir sola todavía estoy rodeada de cajas, no logro atinarle a la hora en la que pasa la de la basura, me robo la señal de internet de algún vecino desconocido en lo que contrato la mia, no he podido limpiar como se debe, me falla el cálculo entre tiempo y distancia, no se cual es mi dirección y aun no me acostumbro a las escaleras. Aún así me siento súmamente afortunada por haber conseguido lo que desde que tengo memoria anhelaba más que nada: vivir en paz.

Lo mejor de todo, es que este sólo es el comienzo de lo que espero será un año brillante.

martes, 5 de enero de 2010

Cinco de Enero

Hoy cumplo 27 años. No son muchos ni son pocos, supongo que depende de que lado los quiera ver uno. Cada que cumplo años es como tocar base, y generalmente se mezcla todo la energía de empezar el año (en el calendario) y empezar MI año.

Este año en especial celebro estar viva y haber pasado por uno de los años más extraños en toda mi historia, me gusta decirle "año bipolar". Durante el 2009 viví extremos, muy feliz o extremadamente miserable. Creo, además, que estoy culminando todo un proceso de rompimientos dolorosos, y a la vez, liberadores.

En este punto del camino puedo decir que ya se a que sabe el amor, también sé lo que se siente perderlo y perderse en ese remolino de dolor y confusión, pero reencontrarse y reinventarse en medio de esa maraña. Conocí personas maravillosas a los que llamo "amigos". Estudié musica, escribí muchas canciones, aprendí a tocar la batería y descubrí que no tienes que vivir de hacer música para vivir de la música. Escribí muchas cartas, diarios y cuentos. Leí muchos libros. Me independicé y aprendí a hacerme compañía y a estar bien estando conmigo y nadie más. Vencí muchos miedos y aprendí a vagar por el mundo.

Realmente tengo muchas razones para sonreir y celebrar mi cumpleaños. En este momento siento estar parada en lo alto de una colina, donde puedo ver un valle lleno de posibilidades. Estoy cansada y tengo varios raspones que duelen, pero aún así estoy llena de esperanza.
"We are all in the gutter, but some of us are looking at the stars." -  Oscar Wilde

viernes, 1 de enero de 2010

2 - 0 - 1 - 0

Cada año nuevo uno empieza lleno de esperanza y alegría. Nos ilusionamos con finalmente perder esos 20 kilos de más o con finalmente aprender a ahorrar. Nos sentimos con la energía y fuerza necesarios para solucionar todos nuestros problemas. El problema viene cuando el 20 de enero uno sigue barrigón y sin un mugre peso. Ahí es cuando uno empieza a entrar en un mood cotidiano, se siente derrotado por la fuerza sobrenatural de nuestros malos hábitos y falta de convicción. Así manda uno al diablo todo propósito de año nuevo. En lo personal, yo conozco pocas personas que lleven sus propósitos de año nuevo más allá de febrero.

¿Cuál es entonces nuestra fijación con hacer propósitos y toda suerte de rituales mágicos? ¿En verdad creemos que a las 12 de la noche todo va a desvanecerse y nos sentiremos tocados por la varita mágica del hada madrina de Cenicienta? Pues precisamente el problema es ese. Hacemos una lista de 38 propósitos de año nuevo, y cumplirlos todos de un sólo intento es, por lógica, imposible. Si en verdad queremos algo distinto, si en verdad perseguimos la renovación, entonces hay que tener una lista realista. Pocos pero efectivos.

En lo personal, yo disfruto mucho de las celebraciones de año nuevo. Me gusta recapitular, me gusta hacer planes, me gusta sentir que tengo la posibilidad de dirigir mi barquito a nuevas costas inexploradas. Es una necesidad natural de los seres humanos evolucionar, transformar y avanzar.

Ya le iré contando cuales son mis propósitos y si acaso los voy logrado. Para arrancar el año aquí va el propósito número 1: Escribir en mi blog al menos una vez por semana.

Empecemos pues el año y ¡chin chin al que se raje!

Feliz 2010.

Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...