domingo, 18 de junio de 2017

Crecer

Hace unos días encontré un breve video, en el que el rabino Abraham Twerski habla sobre cómo crecen las langostas. Explica que las langostas son animales suaves que viven en caparazones rígidos, y que para crecer deben deshacerse de ese caparazón, esconderse un tiempo de los depredadores y hacer uno nuevo. Explica que el estímulo que ayuda a las langostas a crecer es la incomodidad.

Yo no estaba buscando este video, sin embargo lo que encontré en él me ayudó a entender algunos acontecimientos importantes. En los últimos años he estado en procesos de cambio intensos, que han modificado por completo mi vida y la manera en la que percibo el mundo. Me he echado un clavado al lado más profundo de mi mente. He identificado mecanismos que operan desde siempre, y he podido conocerme desde otros ángulos. Gracias a esto, he podido crecer mucho, y tener una vida más balanceada y plena. 

Muchos de estos cambios han seguido un principio básico: si algo no te gusta, muévete. Así lo he hecho, desde formas de pensar y actuar, hasta el lugar en el que trabajaba. No he terminado, aún hay mucho por hacer, todos estos cambios han estremecido todos mis pensamientos y emociones. 

viernes, 16 de junio de 2017

Contradicciones

Mientras el avión asciende y mi estómago se encoge a su mínima expresión, me asomo por la ventana con la esperanza de sentirme menos ansiosa. De pronto pienso en lo ridículo que me parece que me de miedo volar, pero que me fascine ver la tierra desde el cielo. Acaricio con los ojos el mosaico de cientos de tonalidades de café y verde que se mezclan en el suelo; me maravilla la vista de la sierra madre y los miles de caminos de tierra que la marcan; la laguna que apenas y se asoma detrás de una montaña árida.

En momentos así comprendo mi eterna contradicción. La eterna pelea interior entre la oscuridad y la luz, entre la enfermedad mental y la paz absoluta. Mi incansable búsqueda hacia una vida en balance. A veces se me olvida que el balance no puede ser estático, siempre hay que moverse para asegurarnos de que haya equilibrio. A veces solo basta con mover un poco el dedo meñique para lograrlo, a veces hay que agitar con fuerza ambos brazos mientras echamos el resto del cuerpo para el otro lado.

Estoy al borde de cambios gigantescos. Estoy en la orilla del asiento, preparando las piernas para soportar mi peso. Pero a veces no quisiera cambiar de lugar, a veces tan sólo quisiera quedarme un rato más en donde no pasa nada. No puedo, todo me empuja hacia lo desconocido. En mi lucha contra el cambio se me olvida frecuentemente que el pasado no era necesariamente mejor ni más cómodo, solo es familiar y ya se como navegar en esas tormentas.

Y así estoy, contemplando la complejidad de una partícula de polvo desde la ventana de este avión. Sintiéndome pequeñita, diminuta e incapaz de reunir el valor y deshacer los nudos; sintiéndome compleja y laberíntica, oscura e irracional, inmensa e infinita.

Así es como me veo, la que tiene terror a las alturas pero no puede esperar para aventarse de un paracaídas; la que odia ver su carne abundante asomarse del traje de baño pero ama la arena en los pies y flotar en el agua; la que se siente fascinada por la intensidad pero que le gusta tener espacios vacíos donde no haya que lidiar con nada; la que ama la música a todo volumen pero odia la multitud de los conciertos; la que adora aprender y leer pero que encuentra respuestas a las interrogantes de la vida mientras ve Kung Fu Panda.

¿Y qué pasaría si un día simplemente acepto mis contradicciones y dejo de pelearme conmigo misma?, ¿Qué tal que logro dejar de intentantar mezclar el ying y el yang para convertirlo en gris perfecto?, ¿Que tal que me dejo de juzgar?

Creo que lo que pudieran ser contradicciones al final ni lo son. El único problema es seguir intentando meterme en un molde en el nunca me he acomodado. El único conflicto real es seguir creyendo que lo normal para uno es normal para todos los demás.


Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...