jueves, 17 de septiembre de 2009

Café recalentado


Es simplemente agotador ser fuerte e independiente todo el tiempo. A veces sólo quiero tirarme en la cama y que me rasquen la barriga. Quiero contar mis penas y llorar hasta quedarme dormida, sin que me juzguen, sin que me den un sermón. Sólo busco empatía.

Llegas y me ofreces todo lo que necesito. Me haces pensar mil maravillas y sentir el corazón reconfortado. Pero justo ahi, cuando bajo la guardia tiras tus máscaras. Eres el mismo, nada ha cambiado...bueno, he cambiado yo. Ahora te veo con otros ojos y ya no me convences. Quieres volver a enredarme en tu dedo como si fuera yo un mechón de cabello. Quisiera volver a creer por razones de simplicidad. Me conoces, te conozco. Crees que me conoces, creo que te conozco. Sólo me basta ver sobre mi hombro para que se me quiten las ganas de darte un sorbo.

Necesidad, soledad, necedad...quien sabe que sea lo que me hace abrirte la puerta. Aprendizaje y buen juicio...eso hace que la vuelve a cerrar. ¿Por qué el empeño en beber café recalentado si ya se que no eres lo que quiero?

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Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...