domingo, 3 de agosto de 2008

Mudanza.


Desde que tengo memoria soñé con el día que guardaría todas mis cosas en cajas, compraría mis propios muebles y me iría de este lugar. Lo deseé con todas mis fuerzas durante años, y hoy que está a la vuelta de la esquina no puedo evitar que me invadan muchos sentimientos extraños.

Siento una gran emoción, siento miedo, siento alegría, siento algo de incertidumbre. Pero nada se compara al éxtasis de echar todo lo que poseo en cajas y sacarlas de aquí. Finalmente escapar, al fin concretar este acto de liberación tan necesario. Sueño con el primer domingo que abra los ojos en mi hogar y desayune tranquila un tazón de cheerios viendo por la ventana. Pasar todo el día acomodando cosas, sacudiendo el polvo, colgando cuadros y pintando adornos para ponerlos en mi casa. Ya no tener miedo, ya no sentir la amenaza constante.

No he podido pensar en nada más que en esa nueva etapa, en la cual mi vida será increíblemente diferente, en la que al fin podré decir que vivo mi propia vida, en la que podré cantar por toda mi casa, en la que pdré sentarme frente a mi teclado a estudiar horas sin que nada perturbe la paz...la tan ansiada paz que siempre ando buscando.

No hay comentarios:

Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...