jueves, 10 de julio de 2008

Don't worry, be happy...


Hay algo que detesto casi más que cualquier otra cosa. Es estar en mi cama tranquila y despertar en medio de gritos y/o majaderías. No soporto despertar con taquicardia y sin saber que diablos pasa ahora.

Hay personas que tienen la inteligencia de un pedazo de excremento. Que jamás y bajo ninuna circunstancia sacan a relucir su sentido común. Nunca intentan verle otro lado a la moneda. Son brutos y las soluciones a sus problemas siempre son tonterías que se les ocurren en el momento.

Escribo esta entrada porque hoy no encuentro otra manera de quitarme este mal sabor de boca con el que fui despertada. Deseo tener la oportunidad de despertar en un lugar donde la gente no arregle todo con la mentalidad de un cavernícola y la boca de un marinero ebrio. Odio despertar de malas y asustada. Lo único con lo que podría concluir este escrito a tan tempranisimas horas de la mañana es que seguramente no podremos cambiar a la gente que acabo de describir, pero siempre existe la oportunidad de alejarnos. Y en eso estoy.

Muy buenos días.

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Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...