lunes, 30 de agosto de 2010

Momentos

Cada día llega salpicado de momentos de pura y simple felicidad. Con el tiempo he aprendido a disfrutarlos y a dejar que me llenen. A veces creemos que la felicidad es como la de los cuentos, y que viene a quedarse por siempre y todos los días, cada segundo mientras estemos vivos ( que aun muertos seremos felices en el cielo).

A veces pensamos que las personas sólo tienen dos caras, pueden ser buenas o pueden ser malas. Pero lo cierto es que estamos colmados de tintes, sombras y matices. Con el tiempo he aprendido a no suprimir las cosas buenas de cada persona que he conocido aun cuando les conozca un ángulo que no me guste. Así es como he encontrado paz y balance. Alguna vez leí en un libro "si esperas lo suficiente, puedes encontrar algo bueno en cada persona...aún en el más cruel tirano".

Disfruto cada cosa pequeña que me saca una sonrisa. La verdad es que no me había dado cuenta de que sonrío mucho todos los días. Sonrío cuando manejo en la carretera escuchando música. Sonrío cuando llego a casa y veo a mis gatos esperando en la puerta. Sonrío cuando veo algo en la calle que me gusta. Sonrío cuando escucho el radio. Sonrío mientras cocino. Sonrío cuando me miro al espejo.

Alguna vez pensé que nunca podría llegar a ser una persona sana. Cuando recuerdo quien soy sonrío triunfante, porque me gusta lo que he construido y me gusta lo que vivo.

Ya lo dijo Depeche Mode (quizas con otra intención) "All I ever wanted, all I ever needed is here in my arms"

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Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...