domingo, 15 de agosto de 2010

Cambiar, cambiar cambiar de lugar.

Desde que tengo memoria y suficiente fuerza, recuerdo que cada cierto tiempo me gustaba cambiar los muebles de lugar en mi recámara. Me aburría que todo estuviera siempre igual. Cada que movía los muebles me sentía en un lugar diferente. Ahora ya no son los muebles de la recámara, si no toda mi casa. Me aburre sentarme siempre en el mismo sillón en el mismo lugar.
Después pensé en los cambios que se avecinan este mismo año para mi, cambios que yo decidí llevar a cabo. Me di cuenta de lo relacionado que está mi afán por recorrer los muebles de un lugar al otro y el buscar cambios en la vida. Nunca tuve conciencia de todo eso, hasta este momento en el que sigo cambiando cajoneras y libros de lugar, mientras pienso donde voy a comprar los libros que necesito para estudiar, y los pendientes del trabajo que está muy próximo a cambiar de forma total.
Interesante como uno nunca termina de descubrirse y conocerse por completo.

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Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...