domingo, 16 de noviembre de 2008

It's the end of the world as we know it


...el mundo se va a acabar, el mundo se va a acabar, si un día me has de querer
te debes apresurar...

Si por casualidad prende usted la tele a la hora de las noticias, sin importar que televisora sea usted encontrará siempre dos notas en común: a México lo envuelve una ola de violencia "nunca antes vista", al mundo en general se los come una crisis económica mundial. Si a esto le suma usted el calentamiento global, la contaminación (que van junto con pegado), las inundaciones, la falta de agua, los avionazos sobre Reforma, las guerras, los secuestros, los divorcios de las celebridades que deciden el destino de nuestra estabilidad emocional...bueno, al parecer ya no nos queda más futuro que ambicionar. Quizás debamos empezar a comprar latas de atún,

galletas y agua embotellada para tenerlas ocultas en una pared secreta, además de empezar a construir alguna esprecie de refugio alejado de las ciudades, ya sabe, por aquello de que cuando las cosas se pongan color de hormiga el sonido de una lata de atún que se abre podría atraer a más de uno ansioso por robarle su comida a costa de lo que sea.


Hace poco escuché a una mujer hablando sobre sus más profundos temores, y lo que le relato arriba no es tan descabellado pues hay gente que lo está haciendo y que espera el colapso de la tierra para el año 2012.


La verdad no se ve que haya mucho futuro, o al menos no se ve que vaya a ser muy brillante, la verdad es que el mundo está envuelto por una sensación de decadencia, pareciera que hay pocas soluciones y que hay pocas personas dispuestas a poner manos a la obra. Así que vaya empezando a cumplir las cosas que ha escrito en su lista de "cosas que debo hacer en mi vida" (y si no tiene una, podría ser buen momento para escribir una) porque al parecer nos aproximamos al fin del mundo tal y como lo conocemos. Quizás seguiremos sobre el planeta, sufriendo una serie de penurias, lo único que parece cierto es que estamos por vivir tiempos nuevos y diferentes, y quien sabe si podamos regresar a lo que conocíamos.


Yo aun no empiezo a juntar latas de atún, ni tengo una finca en medio del desierto donde pueda vivir en paz, ni estoy presta a repoblar la tierra si es necesario, pero me esfuerzo por no unirme a la sensación global de fin de los tiempo. Prefiero ponerme la chamarra y salir a disfrutar del otoño y del crujir de las ojas secas. ¿Será que estoy en fase de negación o en simple aceptación? Pues quien sabe, ¿en qué fase está usted?


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Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...