Desde que tengo memoria he sido catalogada como una persona de mal carácter. Crecí pensando que estaba loca y que era horrible e insoportable. Siempre sentía fuego en la panza. Siempre quise ser como un dragón y escupirlo a diestra y siniestra. Siempre estuve sola y un poco asustada. Se me clavó profundo en la mente la idea de que nadie me iba a querer nunca porque soy muy enojona. Hoy pensé en todo esto mientras manejaba y me hallaba atrapada en el tráfico eterno de la ciudad. Se me salió una lágrima sin darme cuenta y entonces entendí en un segundo miles de cosas. No podría explicar como fue, pero de pronto muchas preguntas pendientes tuvieron una respuesta simple y clara.
Me ha impresionado como de pronto, sin ninguna razón aparente y sin ningún aviso previo, sale esa niñita que vive en mi y prende luces en el camino. Uno no puede evitar preguntarle el porqué de salir ahora a mostrar estas cosas. ¿Será que ha llegado el momento de dejarlas atrás?
Después de eso me sentí más tranquila. Fue como expulsar algo atrapado en mi garganta.
Ahora, enfundada en mi pijama he hecho las paces conmigo. Quizás aún no encuentro todas las respuestas que busco, pero celebro este pequeño triunfo personal con un higo en dulce y unos calcetines de colores.
jueves, 21 de julio de 2011
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1 comentario:
que bueno que regresaste
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