lunes, 30 de agosto de 2010

Momentos

Cada día llega salpicado de momentos de pura y simple felicidad. Con el tiempo he aprendido a disfrutarlos y a dejar que me llenen. A veces creemos que la felicidad es como la de los cuentos, y que viene a quedarse por siempre y todos los días, cada segundo mientras estemos vivos ( que aun muertos seremos felices en el cielo).

A veces pensamos que las personas sólo tienen dos caras, pueden ser buenas o pueden ser malas. Pero lo cierto es que estamos colmados de tintes, sombras y matices. Con el tiempo he aprendido a no suprimir las cosas buenas de cada persona que he conocido aun cuando les conozca un ángulo que no me guste. Así es como he encontrado paz y balance. Alguna vez leí en un libro "si esperas lo suficiente, puedes encontrar algo bueno en cada persona...aún en el más cruel tirano".

Disfruto cada cosa pequeña que me saca una sonrisa. La verdad es que no me había dado cuenta de que sonrío mucho todos los días. Sonrío cuando manejo en la carretera escuchando música. Sonrío cuando llego a casa y veo a mis gatos esperando en la puerta. Sonrío cuando veo algo en la calle que me gusta. Sonrío cuando escucho el radio. Sonrío mientras cocino. Sonrío cuando me miro al espejo.

Alguna vez pensé que nunca podría llegar a ser una persona sana. Cuando recuerdo quien soy sonrío triunfante, porque me gusta lo que he construido y me gusta lo que vivo.

Ya lo dijo Depeche Mode (quizas con otra intención) "All I ever wanted, all I ever needed is here in my arms"

domingo, 22 de agosto de 2010

La Mala del Cuento

Hace unos pocos días descubrí lo divertido que es ser la mala del cuento. Ser la bruja egoísta e insensible que no puede dejar todo interés propio de lado para volcar toda su ateción a otros. Francamente no estoy dispuesta a tal cosa, y si por ello he de ser señalada como un asqueroso ser egoísta, entonces he de asumirlo, no sin antes imprimirle tintes dramáticos para mi entretenimiento personal.

Es divertido cuando uno no se mete en el drama ni sede ante chantajes baratos. Gracias a tal visión distante se está en posición de jugar a ser la "mala-maldita-desgraciada". Para quien quiera ser cándida princesa maltratada y sufriente, adelante, go ahead. Vivir el papel de ser incomprendida por las maldades y egoismos de este mundo superficial y corriente que sólo se preocupa por el materialismo y los negocios, mientras que uno busca bienes mayores que lo enaltezcan, aún cuando no se tenga la mínima idea de lo que eso significa en la práctica, porque la vida de las princesas berrinchudas es pura teoría. Así va uno errático de un lugar a otro, sufriendo por aqui y por allá. Buscando siempre la atención y aprobación de todo el mundo con un disfraz de originalidad que termina por resquebrajarse tarde o temprano. En mi opinión es simple y llanamente exhaustivo vivir tal intensidad sin sentido.

Nuestra misión en la vida es nutrirnos. Las personas que nos rodean son una fuente importante de nutrición. Cuando alguien resulta ser nocivo, es importante pedirle que se vaya (muchas veces se van solos y te ahorran la molestia). 

Así pues disfruto mi papel de mala del cuento. Es más divertido reir como Maléfica que reir como Blanca Nieves.

domingo, 15 de agosto de 2010

Cambiar, cambiar cambiar de lugar.

Desde que tengo memoria y suficiente fuerza, recuerdo que cada cierto tiempo me gustaba cambiar los muebles de lugar en mi recámara. Me aburría que todo estuviera siempre igual. Cada que movía los muebles me sentía en un lugar diferente. Ahora ya no son los muebles de la recámara, si no toda mi casa. Me aburre sentarme siempre en el mismo sillón en el mismo lugar.
Después pensé en los cambios que se avecinan este mismo año para mi, cambios que yo decidí llevar a cabo. Me di cuenta de lo relacionado que está mi afán por recorrer los muebles de un lugar al otro y el buscar cambios en la vida. Nunca tuve conciencia de todo eso, hasta este momento en el que sigo cambiando cajoneras y libros de lugar, mientras pienso donde voy a comprar los libros que necesito para estudiar, y los pendientes del trabajo que está muy próximo a cambiar de forma total.
Interesante como uno nunca termina de descubrirse y conocerse por completo.

Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...