martes, 13 de julio de 2010

Táctica de avestruz

El que huye de sus problemas y los evade eternamente, aquel que corre despavorido a la primer punzada de dolor, el que abandona y jamás puede decir las cosas a la cara, ese que esconde la cabeza bajo la tierra hasta que pase el temblor no se me merece mi respeto.

Como si se jugase a las escondidillas con uno mismo, todo el ritual carece de sentido. Aparecer de pronto y desaparecer como jugando al peekaboo. Toda la situación amerita un buen bostezo y después voltear la mirada a otro lugar quizás más interesante.

No hay comentarios:

Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...