Por un tiempo ser importante en el trabajo y ser puesta en el lugar de "infalible" era todo para mi. Sin querer queriendo me volví el 911 de muchas personas. Masoquismo puro, cargar y cargar responsabilidades inútiles y ser santo de los casos difíciles. Estaba totalmente convencida de que esa era la puerta al cambio y a una mejor vida. Pero ahora me pesa. Ya empiezo a entender que yo no soy un grano de maíz, pero sigo convencida de que nadie le ha informado a las gallinas sobre este asunto.
El día de hoy, después de mucho reflexionar y de empujar mis angustias hacia a la puerta decidí que las gallinas simplemente no serán avisadas. Como que ya va siendo hora de pasar de las palabras a las acciones. No soy un grano de maíz, lo dije y lo sostengo.