jueves, 30 de septiembre de 2010

Es un compló I tell you!!

Entre la felicidad e ilusión por un cambio de área en el trabajo una serie de extraños robos comenzaron a darse. Un dia se me perdían las plumas, otro unos papeles. Comencé a sospechar de sabotaje, pero no tenía pruebas. A veces la paranoia nos ataca y comenzamos a tejer redes extrañas que descubren un plan maligno para conquistar el mundo, pero entonces también llega a asaltarte la idea de que estas viendo demasiados programas de ciencia ficción. A veces dejamos de creerle al instinto por tomarlo de irracional. Pero no puedes evitar pensar tal como AMLO y de repente algo grita en tu cabeza "¡Aquí hay un compló!"... Lo peor viene cuando lo compruebas.

Muchas veces uno trata de ver en la gente tintes angelicales inexistentes. Trata uno de pensar que la gente es escencialmente buena. De alguna manera en la mayoría de los casos parecen esforzarse en probarle a uno lo contrario.

Hoy comprobé que mi instinto es acertado y que he aprendido con los años a leer las expresiones y los ademanes. Hoy probé una vez más que la gente puede ser simple y llanamente culera sin ninguna razón aparente. Hay quienes sólo han venido al mundo a chingarse al prójimo. Al mismo tiempo, en total contraste también he comprobado gustosa que hay personas amantes de la buena vibra dispuestas a dar una palmada en la espalda cuando uno se sale de si mismo y se enreda en esta maraña de sensaciones que ni siquiera pueden describirse.

Caray, que día tan raro.

domingo, 5 de septiembre de 2010

This is it

Escucho la misma canción una y otra vez. Puedo ver entre los espacios de la puerta y la pared que no encuentras lo que buscas. Sigues buscando afuera, lo que sólo adentro podrías encontrar. Me sigues arrastrando entre las ondas expansivas, argumentando que es madurez de lo que carezco, y no de fuerza de voluntad.

Estoy cansada de esperar la cicatrización. Es hora de cauterizar me guste o no. Alguno tiene que tener fuerza suficiente para cerrarle la puerta a este juego absurdo. No me patees la cara con te quieros huecos de cuates entrañables. Ya no recicles las palabras, que las tengo identificadas y les he negado el acceso.

Ya no es dolor, es hastío. Estoy cansada. Quiero dejarte allá atrás, sabiendo que ya no vas a regresar a saltar detrás de algún arbusto para robarme la calma que tanto trabajo me ha costado acumular. Dicen que nuestro cerebro no entiende de presente, pasado o futuro. Dicen que lo que piensas lo vives en tu mente y es pura realidad. Por eso creo que si no te vulevo a pensar estaré a salvo.

Ya no juego. Pidos. Salvación por todos mis amigos.

Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...