domingo, 19 de octubre de 2008

Plástico

Nunca he digerido muy bien el plástico, me cuesta trabajo. Comienzo a pensar que el cuerpo humano no fue diseñado para tragar tanto plástico...en el sentido figurado, obviamente, no crea usted que después de desempacar mis compras en el supermercado me botaneo las bolsas, me refiero a que aun no comprendo ese mundo de sonrisas falsas y amistades por convenencia, de puñaladas por la espalda y elitismo descarado, de lujuria tan extrema que ya hasta revuelve el estómago...y viera usted que no soy mocha, pero aun así me ponen el jesús en la boca. No pertenezco y no quiero pertenecer, pero ya tengo el pie adentro, quizás me arrepienta si no paso a ver. A fin de cuentas para eso se hicieron las salidas, si no le parece salga usted.

Aun no tengo el escrupulo para pasar sobre mi dignidad, mi ética y mi humanidad para apoyar a la planta alta, para querer jugar su juego y seguir sus reglas. Yo no. No concibo vivir en el plástico constante que seguramente llega a intoxicar. No me creo capaz de sonerir todos los días de dientes para afuera. No creo más en el dinero que en la satisfacción personal. Sin embargo creo que cuando las oportunidades llegan y por sí solas se meten entre tus manos, vale la pena revisar, jugar un rato, explorar, intentar. Así que voy a jugar un rato con las sonrisas de plástico y espero salir completa y sabiendo un poco más.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Vacío

...Y la flor sobre la herida que ha dejado la tristeza del vacío indeseado, es la flor que va creciendo en la marea de mi piel....


¿Cómo puede uno creer que tiene sentido tratar de llenar el hueco buscando en él? ¿Por qué diablos estaría la respuesta en el mismo hoyo donde radica la gran pregunta? ¿Por qué volver por el camino donde sabemos que está el lobo? ¿Pero qué necesidad?
Me sorprende la cantidad de energía e importancia que tienen estos círculos sin sentido. Si se le dedicara la mitad de todo eso a todos esos sueños en el tintero seguramente los conseguiríamos. Las respuestas, la verdad es que no son tan difíciles de hallar, lo realmente complicado, el verdadero reto está en ejecutar las soluciones y no volver a caer justo en el mismo punto.

domingo, 5 de octubre de 2008

Las frases de la infancia

Hace poco mientras echaba el chal* con una amiga estuvimos recordando algunas de las cosas que decíamos cuando éramos niñas. He aqui las más comunes. Si usted tiene alguna que no esté en la lista agradeceremos de su cooperación por medio de un amable comentario.

1. Al fin que ni quería.

2. ¡Vas a ver con la maestra!

3. ¡Córtalas! --Mejor pégalas

4. ¡No se vale!

5. ¡Salvación por todos mis amigos!

6. ¡No me toques que me infectas!

7. A las 3 se quema la base --No porque hay bomberos y cubetas.

8. ¡A que no es cierto!

9. Me anda del 1.

10. No te comas eso, ya lo chupó el diablo.

11. Se indundó la calle.

*echar el chal: dícese del acto de chismear
Nota: si, soy yo.

sábado, 4 de octubre de 2008

Pedacitos


De vez en cuando hay que hacer - una pausa - contemplarse a sí mismo - sin la fruición cotidiana - examinar el pasado- rubro por rubro -etapa por etapa - baldosa por baldosa - y no llorarse las mentiras - sino cantarse las verdades.
M.Benedetti


Hay días en que formular una sola idea toda junta resulta una tarea imposible. De repente uno se da cuenta de que ya no está pensando claramente. El ir y el venir, el correr y el siempre empujar hacen que las cosas pierdan el sentido. De pronto uno ve su vida como un gran rompecabezas regado por la alfombra. Sentarse a ponerlo en orden no es algo que se quiera hacer, vaya, a veces no se trata de querer, sino que no se logra encontrar el botón de pausa. Todo gira, sigue, pisa los talones, apresura la cucharada de sopa...fatiga.


En estos casos resulta imposible entenderse. Saber que se quiere. Animarse a saltar cuando se encuentra en pedazos no parece tan prudente, sin embargo quizás sea lo que se necesita. Un gran salto que acomode las partes, que vuelva a poner todo en su sitio, que aunque no fuere el mismo que se tenía en definitiva es el nuevo sitio que le corresponde.


Vivir los cambios, afrontarlos. Mirar hacia atrás, sonreir un poco. Continuar pero sin apresurar el paso, sin detenerse tampoco. Encontrar el envidiable justo medio que cada día parece tan posible como la olla de oro al final del arcoiris. A veces se puede sentir cerca, a veces se toca unos segundos, a veces está lejos, a veces en partes. Insisto, sólo es cosa de regresar lo que está regado a un mismo sitio...aunque ya no fuese el mismo de antes.


Fantasma

Cerró la ventana y apagó todas las luces. Se sentó al centro del tapete, justo en medio de la sala. Tomó una vela aromática que había dejado...